De repente, pasó
El mundo se borró
Y se quedó turbio y arrasado
Hueco y silencioso
Como un huevo vacío
Lágrimas inflamables
Incendian todo lo que tocan
El suelo es una alfombra de cenizas
Una manta gris, rota y áspera
Madrugadas frías atraviesan las ventanas
Luz pétrea del un sol apagado
Y los ojos secos y pesados
Se esfuerzan por dar cabida a un nuevo día
En un mundo que se secó.
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descansaron aquí.